domingo, 27 de abril de 2014

SEMIFINALES DEL POP.

Junto con César,  Antonio Hurrah!
y Bart Davenport
"Como te vuelva a ver pintar un corazón de tiza en la pared"
 
  Dejé de seguir al Real Madrid el día que echaron a Redondo. Del fútbol, de sus épicas y sus tragedias me gusta hablarlo con amigos que saben, mas que verlo.
Ya no consigo mantener la atención a un partido entero, ni siquiera en una semifinal, que por lo que compruebo, y afortunadamente para los que lo viven bien, sigue levantando pasión y ganas de reunirse en un bar a tensarse y destensarse un rato. Quizá el bailongo de Davenport pediría un poquito de esa pasión para su banda en el escenario, y no será que no se acercó veces al área a rematar baile y mas baile.

Con esto del balón entre ricos, el show se hizo esperar. Cuando daban las once menos cuarto ni un alma pisaba la pista de no baile, aun así, con los nervios normales porque luego no vengan jodiendo con los horarios los del recetario, me pedían que empezara el show..."pero ¿¡como voy a torear si no hay toro!?". Nada, estiramos quince minutos y, de un momento a otro, tras las columnas que inundan el Pussy, apareció el personal esperado, el que decidió que un miércoles a esas horas era un buen momento para bajarse al bar a ver un conciertillo. Madrugar tras trasnochar es pura práctica.

Sólo me dio tiempo a dejar cantadas cinco canciones, el rato en el que pasan los nervios de la barbilla a las botas, parándose en el agujero de mis tripas, pero bueno, por lo que vino después mereció la pena dar paso cuanto antes a los de los de California. Viniendo de tan lejos no iba a ser yo quien les hiciera esperar. Con un sonido fino catalino hicieron un repertorio que en cualquier otra iglesia habría puesto a bailar a los feligreses menos convencidos. Nuestra manera de apreciar su música fue estar todo el mundo con una sonrisa de oreja a oreja viendo los movimientos eléctricos del frontman, que no dejaba de sonreír y vacilar a la peña con los ojos negros como cuevas y cara de quererte llevar a otra parte con sus acordes de guitarra y los ritmos de la banda. Pocas en el público se movían, llegó a preguntar si es que en Albacete era ilegal bailar, con buen humor, pero se le transmitía el rollo para que tocaran a gusto, así somos los manchegos, sequicos pero cariñosos.


El tipo se lo pasó cojonudamente, estoy convencido que no cambia su pellejo en estos ratos por el de cualquier abogado, ingeniero de corbata apretada, ya ves la de fechas que se marcan estos días, diez en un par de semanas, pura gira.

Desde este rincón del mundo gracias a Antonio Hurrah y Jesús Girón por darle aire al balón del Pop esta noche, de aquí a nada nos llevaran a la Final.


lunes, 14 de abril de 2014

LA PORTADA QUE NUNCA PENSÉ.

Con todo el tiempo transcurrido desde que la cosa de empaquetar las canciones se puso a andar, han pasado por mi cabeza, cienes de portadas, todas magnificas en el imaginario. Pero, mientras las calles reales seguían admitiendo mi paseo por el aire, nada se solidificaba para enfundar mis desvarios.

He molestado a compañeros fotógrafos que aun se creen esto que la música es un arte, y están por ayudarte a que encuentres tu imagen casi perfecta. El señor Toni Villar ha clickeado y echado ratos de trabajo y conversación ayudándome a dar en la tecla y a darle, también, seriedad al asunto. Siempre le estaré agradecido.


He dado vueltas a mas de una farola buscando la luz, haciendo el tonto tal vez. Hasta que una noche, apoyado en un muro que amenazaba con derrumbarse, vi, al fondo de la calle un cartel neón anunciando un lugar de creación y soluciones mágicas; "Micoco Graphics".




Al entrar encontré a Fer y María entre dibujos e ideas revoloteando a su alrededor, había una chimenea , y a su calor un perro flaco y vivido, con pelo de carboncillo de lapicero. Acababa de encontrar la portada del Babyhannah´s.


Este dibujo con el que paseo ahora por todos los rincones internéticos salió de Micocos conmigo, mientras Fer y María nos despedían desde la puerta deseándonos suerte en el largo camino que va del tocadiscos a tus oídos, y de tus oídos a lo mas profundo posible, si fuera posible.


Porque como un perro romántico la vida se me fue detrás de una portada, siguiendo sus maravillosas tarjetas de visita





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